De nuevo un sorteo en competición europea brinda alegría a la P.S. RotesBlut: el rival el FC Basilea, y un desplazamiento asumible para ser jueves laborable. Allí nos presentamos el mismo jueves al medio día desde distintas partes de Alemania (Stuttgart y Múnich) y desde Luxemburgo.
Nada más llegar conocemos a Peter, un danés residente en Milán y gran sevillista tras trece años viviendo en la capital andaluza, además de peñista de la P.S. A Mil Kilómetros (Barcelona). Nos reunimos en el punto de encuentro sevillista y compartimos previa con otros 50 aficionados que viajaron desde Sevilla.
Frente al pub irlandés donde había sido citada la afición del Sevilla nos encontramos con Pablo, otro sevillista residente en Zúrich desde hace 20 años. La cercanía entre ambas ciudades suizas hizo que no se lo pensase dos veces para viajar solo hasta Basilea.
Sobre las 6 de la tarde nos montamos en el autobús hacia el St. Jakob Park y empezamos a entonar cánticos.
En la puerta de entrada al estadio nos encontramos con más sevillistas, entre ellos una familia original de Alosno que lleva viviendo en un pueblo cercano a Zúrich durante más de 20 años. Gran momento en el que compartimos historias de cómo se vive el sevillismo en el extranjero. Una familia entrañable a la que desde aquí le deseamos todo lo mejor.
Y por fin el gran momento que llevábamos esperando desde aquel partido de Champions en Mönchengladbach: ver de nuevo al grande de Andalucía, a nuestro Sevilla F.C.
Aunque el partido dejó algo que desear y se pudo sacar más, acabamos con un 0-0 no del todo malo para afrontar la vuelta en Nervión. Una vez más lo mejor del partido fue el sevillismo vivido en la grada; momentos difíciles de olvidar para los que, con suerte, el Sevilla juega "en casa" una o dos veces al año.
Gracias a todos los Guardianes de Nervión desplazados hasta Basilea.
¡SOMOS GRANDES!
